El poder de la Luna Nueva
Sutra
«Si aprendes a respirar en el dolor, encontrarás su por qué.
Si aprendes a respirar en el ásana, hallarás su fuerza.
Si aprendes a respirar en la enfermedad, a gradecerás su presencia.
Si aprendes a respirar en el enojo, te vendrá la paz.
Si aprendes a respirar en la adversidad, te aportará su sabiduría».
Eres mi único Refugio
¡Oh, amado Yhasua!
Ante el dolor, tú eres mi único refugio,
porque eres el bálsamo del corazón.
Ante la adversidad, tú eres mi único refugio,
porque eres la alegría que todo lo supera.
Ante la tristeza, tú eres mi único refugio,
porque eres el vivo entusiasmo de la sabiduría y el amor.
Ante la incomprensión y la crítica, tú eres mi único refugio,
porque siempre estás ahí, mirándome, con ojos de comprensión y compasión.
Ante la soledad, tú eres mi único refugio,
porque siempre me ofreces tu compañía y tu consuelo.
Ante la ira, la agresividad y la violencia, tú eres mi único refugio,
porque eres la caricia del alma.
Eres sosiego de atardeceres.
Eres la calma de la nieve.
Eres la serenidad del Sol.
Eres la paz del verdadero amor.
Eres el silencio de las noches estrelladas.
Eres la bondad de la Madre Universal.
Ante el engaño y la mentira, tú eres mi único refugio,
porque eres la luz de la verdad allá donde hay oscuridad.
Ante el desamparo y el abandono, tú eres mi único refugio,
porque eres el capitán del barco
que nos salva de nuestros propios naufragios.
Ante mi ignorancia, tú eres mi único refugio, porque si yo te pregunto,
siempre recibo la sabia y cálida respuesta en el momento justo.
Ante el desamor, tú eres mi único refugio,
porque me amas aunque me olvide de ti.
Me amas aunque cometa errores.
Me amas aunque huya de ti.
Me amas aunque veas mi egoísmo.
Tú eres mi único refugio, porque me amas por mí mismo.
Soma
